Pequeños Logros
Hay cosas que son para nosotros, debido a lo cotidianas, totalmente desapercibidas. O que simplemente hace tiempo (varios años) que dejamos de darles importancia. Mover un dedo, una mano, dar un paso. Cosas tan simples (de verdad) y que hacemos varias veces al día que ya no nos sorprenden.
No sucede así con los bebés. Es maravilloso notar todas las cosas que van aprendiendo y darte cuenta de lo difícil que es hacer algo tan simple como juntar las dos manos para hacer un aplauso. O alzar una mano para decir adiós. O caminar.
Ver a Tristán crecer es (aparte del orgullo) muy interesante y muy aleccionador. En retrospectiva te das cuenta de la magnitud del aprendizaje que ha superado. Hace algunos meses no podía sostener la cabeza por sí mismo. Ni girarse a un lado mientras estaba acostado (podíamos dejarlo en la cama sin temor a que se cayera). Tampoco podía sentarse ni hablar. Ni aplaudir, ni sostener un objeto, o dos objetos. Tampoco reaccionaba a su nombre o a palabras específicas: mira, Tristán, mamá, hola, buu. Tampoco podía gatear.
De repente todo sucede rapidísimo. La vida pasa en un segundo y a la vuelta de varios días te encuentras a tu hijo que ya es un experto en sentarse solo a pesar de haber aprendido hace solo dos días. O que ya te es imposible mantenerlo boca arriba un par de minutos para cambiarle el pañal cuando hace unos meses lloraba cada vez que lo intentabas poner boca abajo. Y además tiene una fuerza desproporcionada a su pequeño tamaño. Nos cansa cada vez que lo tenemos que cambiar. O cuando lo tenemos que vestir después del baño. Casi tenemos que tomar un baño nosotros para quitarnos el sudor que nos produce el esfuerzo.
Hoy hizo varias cosas que no había hecho, o al menos que no había hecho de manera tan decidida.
Hoy gateo mas de 4 pasos (¿rodillazos?) . Hoy sostuvo perfecto su biberón de leche. Hoy se la paso parloteando todo el día sin parar. Hoy gateo a través de su túnel de juguete (y eso que es la primera vez que tiene un túnel a su alcance). Hoy, escalándome para ver que había del otro lado mio (un pequeño xilófono), se levantó por primera vez en sus dos piernas para impulsarse. Hoy lanzó su pelotita a su mamá cuando ella se lo pidió.
Maravilloso.
Cosas tan simples para la mayoría (no me incluyo porque la gateada como que no se me da mucho :)) pero tan difíciles de hacer, de coordinar, de aprender, de ejecutar con perfección. Y una vez que las aprenden los bebés, las ejecutan todo el tiempo. Ya sin pensar, simplemente es parte de su cuerpo. Ya quisiera yo aprender cosas así de difíciles en ese mismo tiempo.
:) No, yo ya estoy un poco viejo.