Tengo pocos amigos y muchos conocidos. Los amigos perduran con los años, aunque quizá no los frecuentes tanto. Mis primeros amigos fueron Pedro y Salomón, Los conocí en la preparatoria y crecimos casi  como hermanos. Hubo vacaciones donde me quedaba a vivir con ellos por semanas. Viajamos a muchos lugares: Puebla, Veracruz, Oaxaca. Innumerables desayunos, comidas, cenas, borracheras y recuerdos. Ya casi no los veo porque ellos viven en Tehuacán (mi tierra), pero cada vez que voy no dejo de visitarlos, a ellos y sus familias. Ya en la universidad conocí a otros amigos, muy distintos, pero igual de queridos. Talina, Ishtar y Álvaro. Muchas cosas viví también con ellos. Desde tomar clases y recibir regaños de los maestros (¿te acuerdas Ishtar?), fiestas, museos, comidas en las tortas amarillas de la facultad. Cumpleaños memorables (el que me hizo Talina en su casa hace ya varios años). Momentos especiales y trascendentales en nuestras vidas (examen profesional de Talina; cuando fue a Canadá y conoció a Markus; cuando vino desde Alemania para la boda) y momentos únicos en nuestras vidas (Álvaro nos llevó al hospital y estuvo ahí cuando salí del quirófano). La vida nos va llevando a cada uno por distintos caminos. Tratamos de seguir en contacto lo más posible. Ishtar estuvo viviendo en Estados Unidos, Talina está en Alemania, Pedro y Salo en Tehuacán, Álvaro vive a tres cuadras de mi casa y la última vez que nos reunimos fue en mi cumpleaños. Pero siempre están en mi pensamiento. Desde aquí, por este medio universal e impersonal, un abrazo a mis amigos. :D