Calor Y Más Calor
Desde siempre he sido poco resistente a los climas calurosos. Y caluroso con humedad es doblemente insoportable para mi. Creo que nunca podría vivir en la playa. Si pudiera elegir viviría en algún país frío, o al menos donde el calor no dure tanto tiempo.
Y es que el clima ya está insoportable. ¡A las 9 de la mañana se siente el calor!
Yo si creo que ya afectamos el clima global por tanta contaminación y destrucción de los bosques. Qué triste realmente.
Hace tiempo vi el documental de Al Gore Una verdad incómoda y verdaderamente te deprime. Pero no te deprime solamente por la realización del grave daño que hemos hecho al planeta. No, te deprime más ver que no hay voluntad política (porque estoy seguro de que voluntad individual si hay) de hacer algo al respecto. En política solamente importa lo inmediato, lo redituable, lo que produzca más beneficios económicos y políticos.
Todavía en la reciente reunión del G-8 Estados Unidos se negaba a siquiera discutir el tema. Y luego por qué los tachan de materialistas. Si su presidente aduce razones económicas y daños para su sistema financiero derivados de la ratificación del protocolo de Kioto, importándole más el sufrimiento que pueda tener su industria que el que puedan sentir los seres humanos, quizá no ahora o en 5 años, pero si seguramente antes de que nuestra generación tenga nietos. Así de inminente es el problema.
Y como dice Jaime Mausan, “nadie hace nada”.
Nosotros separamos la basura, guardamos la pilas para tirarlas en los contenedores especiales instalados en la ciudad. Pero enoja ver como el sistema recolector de basura toma las bolsas de basura y las revuelve en el camión. Y eso que hace un par de años tan pomposamente se legisló sobre la separación de desechos. Hasta dijeron que iba a ver días designados para la recolección de basura orgánica y días para la recolección de la basura inorgánica. ¡Si cómo no!.
No hay mucho que podamos hacer como individuos, hay que hacerlo como pueblo, como humanidad. Desafortunadamente los viajes espaciales que tan orgullosamente ha creado la humanidad en las novelas de Isaac Asimov no existen en este nuestro único planeta. A duras penas los norteamericanos pueden subir una triste navecita que transporta un satelite de 400 Kg. No señor, no hay para donde huir en caso de una catástrofe. Y lo que es peor. Huir sería admitir la derrota, admitir que no pudimos conservar nuestro planeta. Tan fácil sería huir en comparación con el valor de decidir nuestro futuro. Decidir salvar nuestro planeta. Nuestro único planeta.
A pesar de lo atractivo que es el viaje espacial y colonizar otros planetas (y miren que soy fan de hueso colorado) no tenemos derecho a huir a otro planeta. Para qué colonizar otro planeta si no supimos conservar el propio. Si no hemos superado nuestra prueba. No, no tenemos derecho. Tenemos la obligación de conservar el nuestro.
Solo después de eso estaremos capacitados de apreciar otros lugares, en caso de que algún día lo logremos.
Por lo pronto, a soportar el calor.